Día de la Panela de San Joaquín

Evencio Díaz*


        El famoso bizcochuelo que, identifica a la localidad de San Joaquín de Carabobo, es una exquisita expresión gastronómica del folclor venezolano cuya fórmula o receta forma parte del variado mundo de preparación de la dulcería criolla, que durante mucho tiempo ha logrado posicionarse en las mejores preferencias del público consumidor. Esta manifestación de tradición oral consiste en una torta elaborada con harina, huevos y azúcar, además del secreto muy particular, que se ha conservado y transmitido de una generación a otra por las familias o  industrias caseras.    
Los orígenes de las Panelas están íntimamente unidos a los principios de conformación social del pueblo de San Joaquín, cuando un grupo de familias blancas de origen vascos procedente del pueblo de Maracay (1701) impulsaron la fundación de “San Joaquín de Mariara”, en 1795, en la jurisdicción de la iglesia parroquial, que había creado el Obispo Martí en 1782. De esa manera, el proceso de implantación cultural se ha evidenciado con esta herencia inmaterial que, los sanjoaquineros han recibido de manera insensible durante más de dos siglos.
          ¿Por qué se le llama panela? Al bizcochuelo desde el primer momento tomó la denominación de panela, debido a la forma rectangular del molde en donde se vertía la mezcla de elaboración que, luego sería llevado al horno, en consecuencia, a la forma del producto. El término panela fue una unidad del Sistema de Pesos utilizado durante la época colonial, con las cuales se comercializaba al por menor un (1) kilogramo de azúcar en bruto o moscabada sin purificar, generalmente, de forma “rectangular de escasa altura” (Pesas y Medidas Antiguas en Venezuela; Rodríguez Castillo, 2000:66). Con esa misma designación, también, se vendía, en diferente peso, el hielo y el jabón, predominando la identificación por la apariencia rectangular adquirida en lo fabricado.
          Según el folklorista, Alejo Moreno (1933-1997), desde mediado de 1885, con la instalación de la primera fábrica doméstica fundada por Juana Eleizalde de Uriarte (1850-1931), se dio inicio al proceso de comercialización de la Panela de San Joaquín, actividad económica que se ha mantenido hasta nuestros días. Sin embargo, en la actualidad atraviesa una severa crisis por el impacto de carestía en la materia prima que dificulta su elaboración. Tomando como referencia, 1885, el 29 de agosto de 2001 fue decretado oficialmente el 1º de junio como Día de la Panela de San Joaquín (Decreto Nº 0021-2001), como reconocimiento y valoración de esta manifestación folclórica que pertenece al acervo histórico-cultural local. En el 2001, en el mismo decreto, las autoridades municipales lo declararon como Patrimonio Cultural de San Joaquín, dando paso, para que el gobierno regional emitiera el 17 de junio de 2004 la declaratoria de las Panelas de San Joaquín como Patrimonio Cultural del estado Carabobo (Decreto Nº 2331).
Por iniciativa de las autoridades de la Alcaldía de San Joaquín, se llevaron a cabo algunas actividades para celebrar los 133 años de su comercialización, que concluyó con la sesión especial, del día 8 de junio, presidida por la presidenta del Concejo Municipal, en donde se le reconoció a los vendedores y fabricantes el esfuerzo de mantener dicha tradición, y que hoy requiere del apoyo gubernamental, asistencia que fue prometida por la directora de la alcaldía.
*Cronista de San Joaquín  

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