Perfil del cronista municipal

Evencio Díaz*
La honorable Cronista Oficial de Montalbán, profesora Mary Acuña Parra (1919), quien pronto cumplirá su 99 años de feliz existencia, lucida y aún activa en el ejercicio de sus funciones, nos presentó en septiembre de 2009 una descripción enumerada, en 20 proposiciones, acerca del perfil que debe reunir o tener un cronista municipal. La acertada apreciación sobre esta figura cuya característica particular, poco o nada, conocen las autoridades municipales a la hora de designar tan importante funcionario, que forma parte de la organización del Poder Público Municipal, concretamente, en la estructura administrativa del Concejo Municipal; según la vigente Ley Orgánica (2005), capítulo III, artículo 95, numeral 15.
  En los mencionados consejos Acuña Parra refiere a un conjunto de rangos personales y de condiciones que, de una u otra manera, está contenida en la Ordenanza que regula la labor del cronista oficial. Algunas características son variables pero la mayoría son atributos particulares que se obtiene como producto del ambiente, aprendizaje e interacción social. En cuatro aspectos podemos agruparlos, en primer lugar, la condición ciudadana, ética y solvencia moral, que debe reflejarse en la honestidad, credibilidad y reconocimiento social. Un cronista puede ser el mejor escritor y conocedor del pasado histórico de su comunidad, pero sí le falta  la debida probidad, privado o público, su trabajo se verá disminuida en su contenido prosocial. 
En segundo lugar, debe poseer “un conjunto de conocimientos” sobre el acervo histórico y cultural del municipio, que mediante la investigación, ampliará y profundizará, y, necesariamente, se debe traducir en la organización de una biblioteca municipal y del archivo histórico. Este conocimiento debe tender a un conocimiento científico, es decir, los datos históricos deben ser sometidos a la verificación. El cronista no es un echador de cuentos” pues debe comprender y explicar el proceso sociohistórico municipal, de ahí que el cronista tienda a ser un historiador local. La forma de presentación, crónicas o historias, debe divulgarlo en diferentes medios que faciliten el registro y conservación de la memoria colectiva.
En tercer lugar, el cronista municipal debe ser una persona con vinculación social, con capacidad de relacionarse con las demás instituciones, grupos e individuos, que conforman la estructura social que pertenece. Para una efectiva y sana interacción y, reconociendo sus derechos políticos como ciudadano, no puede participar ni militar de manera activa en actividades político-partidista, “que pueda desviarlo del verdadero propósito de su misión como investigador y divulgador de la memoria histórica”. No significa que no tenga una opinión sociopolítica que, desde la perspectiva Política, en mayúscula y de altura, analiza y reflexiona las actuaciones de los  grupos políticos.      
Por último, nos encontramos que el cronista debe ser nativo o residenciado en el municipio cuyo tiempo de permanencia puede variar, pero debe ser lo suficiente para demostrar su inserción histórica, sociocultural e identificación local. Asimismo, una edad razonable que indique poseer una “madurez intelectual y emocional”. Un cronista sin sentido de pertenencia y sin arraigo, sería inerme, por ejemplo, en defender y proteger el patrimonio construido y natural.
*Presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales del Estado Carabobo  

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