PADRE  DOMINGO  SEGADO: EDUCADOR  Y PÁRROCO  

En 1991, hace ya 27 años, nos propusimos realizar una investigación sobre la vida y obra del recordado sacerdote, Reverendo Padre (R.P.), Fray Domingo Segado Casanova (1926-1970), de la Orden Religiosa Carmelitas Descalzos de Aragón y Valencia. Solo teníamos referencia de él que era el epónimo de un centro educativo privado (1984), que su cuerpo descansaba en la nave lateral izquierda al pie de la imagen del Santo Patrón San Joaquín de nuestra Iglesia parroquial y, además, de los recuerdos aún vivos de muchas personas que evocaban con grata memoria su personalidad y fructífera gestión parroquial (1960-1970). Pero, sobre todo, el triste pesar por su desaparición física que, después de más 20 años, todavía permanecía en los recuerdos de los habitantes de San Joaquín.
 La mencionada investigación quedó publicada en la primera edición del Órgano Divulgativo del Grupo Franciscano Kumbayá, denominado El Kumbayista (Año I, Nº 1, 28 de abril de 1991). Luego apareció como un ensayo biográfico con contenido ampliado y con el título: El Padre Domingo Segado y los Carmelitas Descalzos en San Joaquín, patrocinado por el Fondo Editorial Marcos Brito del Centro Socio Cultural San Joaquín, en 1995. 
Desde entonces, no habíamos tenido la oportunidad de tratar el tema, a pesar de tener algunos datos adicionales y algunas correcciones del trabajo de investigación, que, desde España, nos enviara el R. P. Fortunato Salas Carretero (1934), último párroco carmelita en San Joaquín.  
La historia es la presencia del hombre en el tiempo. Es la única ciencia donde el hombre es al mismo tiempo sujeto y objeto de estudio, que explica sus actuaciones en sociedad. Hay otro elemento que debemos tomar en cuenta: el espacio o lugar geográfico en donde se concreta el hecho social.
El Padre Domingo Segado tuvo un tránsito vital relativamente corto, pues murió a cuatro meses para cumplir 44 años, el 28 de abril de 1970. Tenía una edad adulta, madura y con mucho potencial de trabajo y servicio en sus labores religiosas y educativas.
Para una comprensión cronológica de su historia,  podemos dividirla en cuatro etapas: la primera, su vida de infancia y adolescente en Murcia, España, lugar donde nació el 26 de agosto de 1926. La segunda, la  de formación y estudio religioso en Castellón, Valencia y Zaragoza, desde 1940 hasta su ordenación sacerdotal en 1951. La tercera etapa, la de educador, desde 1952 como subdirector del Colegio Teresiano de Castellón, hasta 1959 como profesor de secundaria en Burriana, provincia de Castellón. Y, por último, la cuarta etapa, la de párroco en San Joaquín de Carabobo, Venezuela, desde 1960 hasta su fallecimiento, en ejercicio parroquial en 1970.   
En nuestra investigación se circunscribió solo a su última etapa de vida, en la  responsabilidad de párroco, de su primera y única parroquia: la de San Joaquín. 

LOS CARMELITAS EN SAN JOAQUÍN. HISTORIAGRAFÍA   

            Con motivo de la celebración de los 50 años de la llegada de los Carmelitas a Venezuela, el Presbítero, Luis Manuel Díaz (1967), entregó un trabajo de investigación con el nombre: La vida pastoral en San Joaquín en tiempo de los Carmelitas Descalzos: 1950-1980, basado en la información que reposa en el Archivo Arquidiocesano de Valencia. El mismo trabajo apareció publicado en el año 2002, en su libro titulado: Notas para la Historia de la Arquidiócesis, en el apartado último del capítulo VII (pp. 352-364), dedicada a la Parroquia Eclesiástica de San Joaquín.
            En el mismo año de la celebración, en Caracas, se publicó un trabajo elaborado por Fray Daniel Rodríguez, de la Orden Carmelitas Descalzos, quien lo denominó: Carmelitas Teresianos. 50 años en Venezuela. Anotaciones para su historia. En el trabajo le dedica brevemente un apartado llamado: La Casa de San Joaquín (pp. 4-8). Pero, en el año 2003, el R.P. Fortunato Salas Carretero, publicó, en España, el libro llamado: Los Carmelitas Descalzos en Venezuela, en donde narra con detalles el proceso de llegada a San Joaquín: la puerta de entrada y permanencia de los Carmelitas Descalzos en Venezuela (pp. 31-51). Con esta obra, el Padre Fortunato amplió su trabajo: Los Padres Carmelitas Descalzos (pp. 61-74), que había sido publicado en Caracas, en el año de 1982, en la obra colectiva, nombrado: El Carmelo en Venezuela.    
            Los Padres Carmelitas se hicieron a cargo de la parroquia el 10 de diciembre de 1950. Su labor pastor fue la base de lo que hoy es la Parroquia Nuestra del Carmen de San Joaquín, y el 31 de septiembre de 1980 entregaron la parroquia, ya, en el año de 1969, lo habían hecho con la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Mariara (1957).
            El Padre Segado fue el tercer párroco carmelita en San Joaquín, ejerciendo la administración parroquial desde el 28 de septiembre de 1960 hasta el 28 de abril de 1970, fecha última que falleció por causa de un infarto.  

EL CONTEXTO  Y SU PENSAMIENTO

            Si hacemos una lectura rápida de algunas noticias nacionales (85 Años de Noticias, de Jesús Alí Villalobos, 1980) más destacada de la década de los años 60, nos damos cuenta que fue una época de convulsión: muertos, heridos y detenidos en disturbios en Caracas (11 de enero de 1960),  atentado contra el presidente (24 de junio de 1960), frustrado golpe de Estado (20 de febrero de 1961), El Barcelonazo (26 de junio de 1961), manifestaciones en el centro de Caracas y opiniones dividida de los venezolanos sobre la invasión contrarrevolucionaria a Cuba (9 de abril de 1961); grupos de izquierda influenciada por la Revolución Cubana tomaron el camino de la lucha armada. En 1962, ola de violencia en el país con las insurrecciones llamadas el “Carupanazo” (4 de mayo) y  el “Porteñazo” (2 de junio) y algunos hechos cometidos por las guerrillas urbanas y en la Basílica de San Pedro se instaló el Concilio Vaticano II.  El año siguiente (1963) continúa los brotes de violencia en toda Venezuela: el asalto al tren de El Encanto, donde perdieron la vida varios guardias nacionales, el asalto a la Misión Militar Norteamericana, disturbios callejeros y toma de poblaciones, atentados a empresas nacionales y extranjeros, asaltos contra instituciones bancarias, estallidos de artefactos explosivos, voladuras de puentes y oleoducto, entre otros hechos que dejaron numerosos muertos, heridos, detenidos y daños materiales.  El 15 de julio de 1964, la Conferencia de Cancilleres americanos acuerda sancionar a Cuba ante la agresión a Venezuela. El gobierno anunció la creación de los Teatros de Operaciones con el objetivo de combatir las guerrillas, cuyas acciones se habían intensificado en la Sierra de Coro y en los Estados Lara, Portuguesa, Trujillo, Barinas y Miranda. Detención de un grupo parlamentarios, allanamiento y huelga en la UCV, promulgación de la Ley de Conmutación de Penas por Indultos o Entrañamiento del Territorio  Nacional, el cual 250 procesados, por participar en actividades subversivas, obtuvieron libertad. Escándalos de corrupción en la compra de maíz mexicano.
En 1965 finalizó el II Concilio Vaticano, y en el país hubo insistente rumores de golpe y el 6 de abril se debatió en el Congreso que estaba en marcha una conspiración. El 10 de abril fueron detenidos el editor Miguel Ángel Capriles y otros ciudadanos implicados en la presunta conspiración. Hubo hechos violentos protagonizados por grupos extremistas: asesinato de dos guardias nacionales, el fusilamiento del dirigente de AD, Enrique Loyo; la voladura de oleoducto en la zona oriental del país, entre otros. En 1966 fue hallado sin vida el importante dirigente de URD, Alirio Ugarte Pelayo. Se recrudeció la violencia terrorista en el país: atentado contra algunos personeros pertenecientes al organismo de seguridad del Estado, estallidos de bombas e intensificación de las guerrillas rurales. Allanamiento de la Universidad Central de Venezuela (UCV), se desveló un complot en la Escuela de la Guardia Nacional. En el mes de junio fue encontrado muerto el guerrillero y exdiputado,  Fabricio Ojeda; el Gobierno, en su política de pacificación, concedió la libertad a varios parlamentarios, que se encontraban presos. Se hace noticias en Caracas de las bandas juveniles, dedicadas a realizar desordenes callejeras,  llamados “patotas”.
En 1967 hubo a comienzo del mes de mayo una intervención castrista en el país, integrado por militares cubanos y miembros del MIR. El 29 de julio se produjo un violento terremoto en Caracas,  que dejó un trágico balance en pérdidas humanas. El partido PCV decidió abandonar la lucha armada y participa en las elecciones de 1968. Los jóvenes del país, seguidores del movimiento social de los “hippies”, continúan  conservando su estilo de vida y formas de vestir, a pesar de que los Estado Unidos había anunciado la desaparición oficial del movimiento.
            De manera somera, hemos recordados algunas noticias que conmocionaron a la opinión pública  del venezolano y que fue la realidad social que vivió el Padre Domingo Segado durante su última etapa existencial, ante un escenario violento, de desorientación y desaliento en los jóvenes, sector vulnerable de la sociedad; cuya  opción fue la de tomar las armas o de enrolarse a la actividad partidista, o tomar la vida de hippies. Pero, además, en un marco globalizado de gran impacto social, como fue el auge de la tecnología de las imágenes: la cinematografía y la televisión. Asimismo de los ensayos de ideología sociopolítica, como sistema de gobierno, la renovación e impulsos dentro de la Iglesia Católica; de la masificación del flagelo social de las drogas y del tabaco; de los inicios de abordar la vida de forma relativa. En fin, la vida de los sanjoaquineros, como la del resto de país, fue sumamente compleja.   
            El hombre en su historia deja huella de su presencia en el tiempo, que nos permite conocer indirectamente las motivaciones, su pensar y criterios. No hay mejor tributo que podamos rendirle a una persona, como es, la de conocer su pensamiento. No para mitificarlo ni mucho menos para darle un carácter heroico, como ocurrió con la tragedia que hemos vividos con nuestros promotores independentistas (1810-1830), principalmente, con el grotesco y manipulador culto a Bolívar; sino para recordar que, desde nuestra frágil naturaleza humana, debemos asumir con responsabilidad histórica, el desempeño de estudiantes, de profesionales, y de ciudadanos, en el ámbito social diversos que nos corresponde actuar.
              El Padre Domingo Segado asumió con suma responsabilidad el cargo de párroco de San Joaquín, sin olvidar su otra vocación, muy consustancial de la vida sacerdotal, como fue la de ser educador.
            Una clave de éxito de un párroco, es hacerse parte de la comunidad. En el caso del Padre Segado, él  conoció  bien a San Joaquín y a la juventud sanjoaquinera. En un mensaje dirigido a los jóvenes integrantes de  la Acción Católica, le manifestó lo siguiente: “Ya es muy conocido el dicho: ‘En San Joaquín nada se acaba’. Todo se queda a mitad. Demostrad  vosotros de  que sois capaces, los jóvenes de San Joaquín, de llegar hasta el  fin.  Y entonces podréis repetir como el mismo San Pablo: ‘He luchado con valor; he terminado la carrera; he guardado la fe. Ahora, solo me queda esperar la corona que me dará el Señor” (El Sanjoaquinero, Nº 4, septiembre de 1966, p. 4).
                El Padre Segado tomó una postura responsable, de conformidad a lo postulado de la Iglesia Católica, en promover a través de la publicación del periódico, El Sanjoaquinero (1966), el anticomunismo y anticastrismo, pues las ideas comunistas invadía las mentes de los jóvenes sanjoaquineros, por esa razón, fue objeto de severa crítica y hasta visto con desprecio por quienes eran adictos a la lectura de izquierda, y estaban atrapados con las ideas de exportación ideológica cubana. 
            En 1968, el país se preparaba para elegir al Presidente de la República para el periodo constitucional 1969-1974, y el Padre Segado publicó sendos artículos acerca del tema electoral durante los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre, en base a la exhortación del Episcopado Venezolano. Fue una oportunidad para educar y concienciar a los ciudadanos sanjoaquineros, ante el ejercicio cívico y democrático de participar activamente en el proceso electoral.
            Con ocasión de la campaña electoral, el Padre Segado, ante el tono inapropiado en la propaganda electoral, señaló lo siguiente: …”Y esto ni es cívico, ni civilizado, ni patriótico, ni democrático. Le podemos poner mucho epíteto, pero ninguno bueno. Y, desgraciadamente, esto se ve con demasiada frecuencia. Escritos en las paredes insultantes a personas o grupos políticos. Autoparlantes que recorre el pueblo lanzando insultos, difamando y calumniando… (El Sanjoaquinero, Nº              25, 26 de agosto de 1968,  p. 6). Igualmente, en el mes siguiente, hace un llamado a la obligación del voto, y con la ayuda de la mencionada exhortación y del documento del Concilio Vaticano II, reflexiona sobre los derechos y obligaciones cristiana y ciudadana.  Al final de su artículo dice que: “Venezolano, si te consideras un buen hijo de tu Patria, no te niegues a cumplir con este deber. Inscríbete en el registro electoral, y después ve a depositar tu voto.” (El Sanjoaquinero, Nº 28, 28 de septiembre de 1968, p. 5). Pero el artículo más importante y publicado es la del mes de noviembre de 1968, que denominó: ¿Por quién debo votar? En el escrito demuestra su parecer anticomunista y hace un llamado a la responsabilidad de conciencia, de votar con la cabeza y la razón, y no dejarse llevar por simpatías personales. Y daba como ejemplo, que: …“En cierto liceo de Caracas, la plancha comunista ganó las elecciones. Después se supo que muchas muchachas, llevadas de su sentimentalismo estúpido, habían votado por dicha plancha ‘porque era el candidato más chévere’. Y por esa irresponsabilidad inconcebibles, ese liceo estuvo gobernado por los comunistas. ¿No os parece que vuestro voto os da una gran responsabilidad? ¿No os parece que esa responsabilidad os obliga a pensar un poco antes de  depositarlo? (El Sanjoaquinero, Nº 30, p. 6).
         En diciembre se celebraron las elecciones y el doctor, Rafael Antonio Caldera Rodríguez (1916-2009), del partido socialcristiano, Copei, obtuvo el triunfo presidencial. Según los analistas, la derrota de AD se debió a la división de 1967, la cual nació el MEP. En 1969, el nuevo Gobierno anunció la política de pacificación, además, de un llamado a los irregulares a incorporarse a la vida política. Días después, un grupo del MIR abandonó las armas y fueron puesto en libertad los dirigentes Américo Martí, Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Germán Lairet y Guillermo García Ponce.  Sin embargo, todavía permanecía la violencia: el 31 de octubre fue ocupada militarmente la UCV, posteriormente, fue intervenida. Y a finales de año, se produjo una huelga de trabajadores de Sidor.
            El padre Segado actuó, responsablemente, en su papel de pastor, que orienta a sus ovejas por el camino del  bien, siempre actuó con un sentido realista, de conformidad lo que le dictara el contexto social. Fue un párroco y un educador. Sus obras están a la vista de todos, como un testimonio  de su fe y servicio pastoral.

LA ESCUELA DE MECANOGRAFÍA  


            En su permanencia, en San Joaquín, el Padre Segado estuvo al frente de dos proyectos educativos: la escuela de mecanografía (1961) y el liceo Comunal de San Joaquín (1964).  En ambas actividades demostró su preocupación social ante una comunidad muy precaria en los recursos económicos y, de carencia de alternativas educativas. Fue un convencido de que la educación, es la única herramienta para salir de la pobreza material.
            La Escuela de mecanografía fue un proyecto educativo, que se realizó, conjuntamente, con el apoyo de la Junta Comunal y la Parroquia eclesiástica. Le dieron el nombre del recordado maestro, Br. Brigido Hernández, quien además de ser un bachiller en mención mecanografía, fue un destacado músico y maestro de la escuela federal Nº 8, en los años 30.  Funcionó en el antiguo salón parroquial, desde 1961 hasta 1964, y estaba destinado para señoritas. 
            El 11 de octubre de 1961, la Junta Comunal decidió nombrar a la ciudadana Rosa  Machado Hernández,  nieta de Brigido Hernández, como directora de la escuela de mecanografía, en sustitución del ciudadano Antonio Gutiérrez Pérez, que había renunciado al cargo. (Libro de Acta, años 1961-1972, f.8; Reseña de Jesús Machado, 2010)
            El 5 de febrero de 1964, la directora y maestra de la escuela presentó un informe sobre la asistencia de las alumnas a  clases y decidieron a hacer una reunión con los representantes. Sin embargo, a pesar de dicha reunión, efectuada el 9 de marzo, en la sesión ordinaria de la Junta Comunal del 12 de agosto, se acordó eliminar la escuela de mecanografía…“por no haber dado el rendimiento deseado en el tiempo que tiene funcionando”… (Ídem, f. 46).
            La escuela dio sus frutos en muchas jóvenes, que aprendieron el oficio de la mecanografía, un ejemplo, fue la señorita, Esther Ramírez, quien ejerció funciones de secretaria durante años en la oficina de registro de circunscripción militar de San Joaquín,  perteneciente al gobierno regional.






Comentarios

  1. Exelente documental, gran ser humano el padre Domingo Segado y orgulloso de ser sanjoaquinero. Saludos a mi gran amigo Evenció Díaz de parte de Mike Martínez.

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