San Joaquín  topónimo

(Origen del nombre del Municipio San Joaquín)


Evencio Díaz








Son muchas las oportunidades que nos hemos preguntado sobre el origen del gentilicio de San Joaquín, que surge desde luego del nombre propio del lugar. Somos venezolanos y carabobeños; pero también somos porteños, guacareños, mariareños, bejumeros, morenses, valencianos, sanjoaquineros… Son en total 14 gentilicios locales que cohesiona y dan forma a nuestra identidad carabobeña. Estos gentilicios pueden ser por nacimiento o por adopción. De ahí la importancia en responder con un repaso sociohistórico el origen del nombre de estos centros poblados que, con su diversidad cultural enriquece la unidad territorial del estado Carabobo.
El establecimiento del  nombre de un lugar  representa un hecho social en la historia de un grupo humano, en el proceso psicosocial de identificación con su espacio geográfico determinado. En el caso de San Joaquín, aproximadamente, ese proceso fue como sigue:

El nombre originario
A diferencia de nuestros municipios vecinos (Guacara y Diego Ibarra-Mariara), no se transmitió el nombre aborigen de los valles que conforman el territorio del municipio San Joaquín. El primer nombre se remonta a los tiempos de la conquista española, donde esas tierras fueron arrebatadas a sus legítimos dueños y repartidas entre los conquistadores (1545-1555). En documentos que reposan en los archivos históricos nos permite concluir que el nombre primario dado fue el apellido del factor Juan Domínguez Antillano, primer dueño. Luego transferido al capitán Vicente Díaz Pereira, quien al fallecer se lo hereda a su esposa María de las Nieves Quiñones. Ella hizo composición de tierra ante el ayuntamiento de la ciudad de la Nueva Valencia del Rey, el 20 de mayo de 1596.
…“un sitio de hato de ganado mayor que tiene poblado en el sitio que llaman de Antillano que linda por una parte el cerrillo del hato que disen del dicho Antillano, y por la otra el cerrillo que llaman del Atajo que llaman de Mariara del un  pie de la una sierra a la otra que será media legua de ancho”… (Archivo General de la Nación, Sección Tierra, Letra S, Nº exp. 1, año 1710, folio: 54-54vto)
Al final predominó el nombre de Hato Viejo, perteneciente a  la jurisdicción de la ciudad de Valencia, cuya palabra tiene que ver con las actividades de cría de ganados que había fundado el conquistador Vicente Díaz. La región llamada Hato Viejo estaba compuesta por dos valles geográficamente identificable: Cura y Hato Viejo, cuyos valles son atravesados en  dirección norte-sur  por los ríos del mismo nombre. La denominación de Hato Viejo se conoce desde 1555, y el territorio se mantendrá en manos de los descendientes  Díaz-Quiñones hasta principio del siglo XVIII, cuando se divide para formar la Hacienda o Trapiche de Cura. 
Es interesante conocer el origen del nombre de Hato Viejo, que significa HATO: porción de terreno destinado a la producción de pastos para el uso de alimento de la cría de ganados. VIEJO: se refiere a la existencia de varios hatos donde los animales de trasladaban de un lugar a otro. 
El ámbito territorial llamado Hato Viejo coincide con los actuales linderos del Municipio San Joaquín.

La Institución pionera

El 18 de noviembre de 1782 se firma el auto de creación de la Parroquia eclesiástica rural, bajo el patrocinio del Santo Patrón San Joaquín concretándose de esta manera la iniciativa pastoral del Obispo Mariano Martí (1721-1792), en visita pastoral realizada el año de 1781.  Con esta creación parroquial  se configura una Región histórica conformada por los valles Cura,  Hato Viejo  y Mariara. Éste último valle fue escogido, en un primer momento, para la sede parroquial que consistía en el edificio de la Iglesia, cementerio, plaza y solares para los vecinos. Esto explica las razones de por qué dicho ámbito territorial se denominó “San Joaquín de Mariara”  durante todo el siglo XIX  hasta mediado del pasado siglo.
La Iglesia parroquial será entonces la estructura social que impulsará el ordenamiento urbano, mediante la concentración de la población dispersa que se encontraba en medio de las Parroquias San Agustín de  Guacara (1624) y  San José de Maracay (1701).  Y con ello aportará el nombre de San Joaquín, cuyo término de origen Hebreo significa “Dios dispondrá”;  su designación demuestra la gran influencia de la Iglesia Católica en muchos pueblos de Venezuela en la configuración social, territorial y jurisdiccional.

De Punta Zamuro a San Joaquín

Aun cuando hemos afirmado la no transmisión del nombre aborigen  del territorio que se denominó Hato Viejo, sin embargo en el interior de los valles se conservaron algunos pocos nombres: Ereigüe, Cura o Aguacate y Zamuro.
            El proceso de definición del nombre del territorio fue complejo por ser un sentir colectivo, y sobre todo para quienes empezaban diseñarse como un cuerpo social.   Cuando el viajero Humboldt se detiene en estos espacios en febrero de 1800 encontró  un…“sitio [de] prósperos  cultivos de algodón y una pequeña aldea de 30 a 40 casas, llamada Punta Zamuro”… (Voyase aux régions équinoxiales du Nouveau Continent, Tomo V, impreso Chez N. Maze, Librairie, Rué Git-Le-Coeur, Nº 4, París, año 1820, traducción: Germán  Carrera Damas).  Este testimonio demostraba el avance de la decisión realizada el 3 de diciembre de 1795, cuando se fija definitivamente la sede parroquial, por tanto la fundación del pueblo. Según los documentos la fundación sería del pueblo de San Joaquín o el  pueblo de Mariara y otras veces el pueblo de San Joaquín de Mariara. Fue indistinto el uso de la denominación, en algunas oportunidades los vecinos lo llamaban “San Joaquín de Hato Viejo”, esto se debe que el sitio de Punta Zamuro se encontraba en medio de los linderos que dividía los valles de Hato Viejo y Cura. Y la mayoría de los vecinos se hallaban ubicados en el valle de Hato Viejo.
            Con la creación de la primera jurisdicción político-territorial (1802): el Tenientazgo de Mariara o el Tenientazgo del pueblo de San Joaquín de Mariara, se afianza la denominación del territorio de “San Joaquín de Mariara”, el cual se conserva cuando se crea la Provincia de Carabobo(1824) con la figura de Parroquia civil, perteneciente al Cantón Valencia.  Al Crearse el Distrito Guacara (1881), la jurisdicción comienza a llamarse Municipio foráneo San Joaquín hasta que en 1959 se divide para crear el Municipio Diego Ibarra (Valle de Mariara).

Confirmación del nombre

 En 1983 (25 de octubre) se efectuó un hecho que marcará nuestro devenir histórico, nos referimos el logro de la autonomía política-administrativa del municipio San Joaquín.  A partir de esa fecha la comunidad designa sus autoridades y administra sus recursos económicos  y, además se hizo dueño de su propio destino.
En el momento de darle nombre al nuevo municipio autónomo. Hubo voces  externas que propusieron el honorable nombre del Dr. Alejo Zuloaga (1853-1923), lo cual hizo eco en la localidad (Panela Ilustrada, Nº 21, Año 2, octubre-noviembre 1983).  La iniciativa no prosperó y de esa manera se reivindicó la tradición con la ratificación del nombre de San Joaquín, que ya venía llamándose -desde 1881-  con la misma denominación: Municipio San Joaquín.  


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