Chúmbele
En San Joaquín, como en el resto de país, existen personas
que aún difunden los trabajos de elaboración artesanal que son frutos del
ingenio y del uso de técnicas, procedimientos o formulas tradicionales. Estos trabajos pueden ser objetos y útiles, de
cierto valor artístico, que son adquiridos para adornos o regalos. La mayoría
de los artistas populares son autodidactas que han adquirido la destreza o
habilidad artesanal por sí mismos logrando acumular una vasta experiencia que,
son traducidas con la creación de piezas de gran valor artístico, las cuales
forman parte del amplio campo del folclor material.
Con estas notas queremos expresar nuestra admiración y
respeto hacia los artesanos populares, que se dedican en promover el noble
trabajo del arte popular en San Joaquín. Esta expresión está representada por
la Asociación de Artesanos Chúmbele,
que agrupa a hombres y mujeres de diferentes edades. Esta asociación existe
desde 1994 y su nombre se debe al apodo de uno de sus fundadores, el artesano
Martin Nieves (1926-1995), sanjoaquinero que se destacó en la elaboración de
animales con semilla de mango y fruto de taparo.
Para esta información haremos uso de algunas entrevistas
que hicimos el 2015 y de algunas informaciones que aparecieron en las revistas
La Panelas Ilustrada (1995) y Carabobo, Cultura y Patrimonio (2015). De ahí
podemos destacar que, en el ámbito sociocultural y de carácter local, hemos
tenido promotores que han promovido los valores de las manifestaciones
tradicionales, como es el caso del descubrimiento artístico de Chúmbele por el
médico Álvaro Toro, y la idea de la organización de los artesanos por parte del
profesor José del Carmen Rivero Montana. Ambas contribuciones deben ser una
referencia para quienes se inician o están en la dirigencia cultural.
Descubriendo al artesano popular
El notable artista y artesano Martin Nieves Hermoso nació
en San Joaquín el 18 de julio de 1926. Hijo de padres humildes que vivían del
trabajo en el campo. De sus padres heredó la dura faena de la tierra laborable,
cuya actividad económica lo realizaba admirablemente. Algunos recuerdan el
empeño que ponía en la temporada de cosecha de algodón. No había nadie que lo
igualara. Pero también ejerció labores
de albañilería, otro trabajo duro que le permitió formar familia y criar a sus
hijos. Nunca se imaginó que el destino le aguardaba una labor folclórica que
inmortalizaría su nombre.
Desde muy joven a Martin Nieves se le conoció con el
sobrenombre de Chúmbele que, según su hijo, el origen se debe a lo siguiente:
… “viene de un personaje de una película
mexicana que proyectaron en el cine que hubo en San Joaquín en la época que
Martín Nieves era joven. En la película había un personaje que era un taxista,
de apellido Chúmbele: en una de la escena este protagonista se cae
graciosamente, que produjo mucha risa en los asistentes. En el momento que los
espectadores salían de la sala del cine, Martín Nieves, se tropezó y estuvo a
punto de caerse, por el cual los amigos haciéndole bromas, empezaron a
compararlo con el personaje de la película llamándolo Chúmbele. Desde entonces, se le dio ese apodo por todos
sus amigos con la cuales se reunía para tomarse una cerveza y jugar una partida
de bolas criollas o jugar dominó o billar en el bar del pueblo. Fue así como le
quedó el sobrenombre de Chúmbele a Martin Nieves”.
(Martin Nieves, hijo, 2016).
Su vida transcurrió en la rutina de trabajos de albañilería
y actividades recreativas propias de pueblos sencillos, pero, una pregunta
obligatoria debemos hacernos: ¿Quién descubrió la vocación artesanal de
Chúmbele? Es un dato importante ya que, por sí mismo, Martin Nieves no percibió
el ingenio que poseía con sus manos creadoras.
Fue en 1986, cuando el también sanjoaquinero Álvaro Toro,
hoy profesional de la medicina, descubrió el talento escondido en Chúmbele
cuando lo visitó en su casa. Toro describió la experiencia como sigue: …“me llamaron poderosamente la atención […]
un pequeño rancho que funcionaba como taller de trabajo donde estaban
depositadas una cantidad de taparas cortadas, pepas de mango, cables, cartones,
alambres y otros materiales; la otra situación que captó mi curiosidad fue que unos
niños jugaban con unas tortugas y cachicamos fabricados con taparas. Tomando
uno de ellos en mis manos, pregunté a Eneida, hija de ‘CHÚMBELE’, que donde
habían conseguido esos animales tan bien logrados y ella me respondió que lo
fabricaba su padre; sin duda que esto me sorprendió mucho y le dije ‘yo conozco
a tu padre como albañil y jugador de bolas criollas pero no le conocía esta
destreza’ y por qué no decirlo, era una virtud que tenía Martin de tomar de la
naturaleza, tapara, pepas o cualquier otro material de la flora nuestra y transformarla en un
adorno de singular y extraña belleza”. (La Panela Ilustrada, Nº 71,
Mayo-Julio, 1995: 32).
Toro, que pertenecía al Centro Socio Cultural
San Joaquín (1979), lo felicitó y le manifestó la posibilidad de organizar una
exposición en una sala de la institución cultural de que era parte. La
respuesta de Chúmbele fue que “fabricaba
esto para entretener a sus nietos y que no tenía suficientes animales”; sin
embargo, Toro lo motivó y le pidió que se diera el tiempo necesario para que
fabricara lo que pudiese.
La exposición se montó en 1989, conjuntamente con Miguel
Ángel Sánchez (SanChef), que trabajaba con la elaboración de vasija de totuma y
con Eusebio Barreto (Coquito) que fabricaba maracas. Acerca de la exposición,
Toro afirmó lo siguiente: … “En aquel
momento nuestro asesor Dr. Marcos Brito se entusiasmó tanto con la fauna de ‘CHÚMBELE’,
que denominamos la exposición ‘Animales en Pepas y Tapara’, demás está decir
que fue todo un éxito, y creó, que proyectó la artesanía de estos señores hasta
nuestros días.” (Ídem.).
Desde entonces, el artesano Chúmbele salió del anonimato y
comenzó una nueva actividad económica que seguía siendo manual, pero con mucha
más creatividad artística. Es importante recordar que, Chúmbele nunca cambió su
esencia de hombre sencillo. Es de esta manera como Toro lo describe: “Después de esto ‘CHÚMBELE’ empezó a obtener
los beneficios económicos de su meritorio trabajo artesanal, por supuesto. En
su trayectoria de hombre humilde y de buen corazón, para él era divertido lo
que fabricaba y más divertido era ver y sentir que la gente que lo obtenía se
asombraba con saber que los cochinos, los pájaros eran fabricados con pepas de
mangos, que la mariposa, el morrocoy, el cachicamos y la cucaracha, eran de
tapara, esto le divertía, era para él tan sencillo fabricarlos que a la hora de
cobrar el precio este estaba por debajo del valor verdadero de la obra.”
(Ídem.).
Desde esa primera exposición Chúmbele participa en
diferentes exposiciones del país, dándose conocer ampliamente su arte popular.
Sus piezas traspasaron la frontera de Venezuela dejando a San Joaquín en un
lugar muy privilegiado, en el extenso campo de la artesanía folklórica.
Martin Nieves falleció en San Joaquín el 8 de junio de 1995, tras haber construido un nombre y una referencia en el mundo cultural. San Joaquín sintió hondamente la desaparición física de este artesano que, en el ocaso de su vida, descubrió su talento artesanal, que lo consagraría como un fiel representante del arte popular. Pero recordemos las palabras de Álvaro toro con respecto a este hecho, dice así: “Lamentamos grandemente la sensible pérdida que significa la desaparición física de nuestro amigo Martin Nieves, conocido también como ‘Chúmbele’, quien fuera principal artesano de San Joaquín, de una notable originalidad y creativo ingenio que logró que sus trabajos artesanales, hecho con materiales naturales tales como semillas, concha, totuma, etc., trascendieron fuera de San Joaquín enalteciendo el gentilicio de nuestro pueblo, a través de una obra sencilla, imaginaria, valiosa con propiedad, entre las expresiones características de nuestra cultura popular”… (La Panela Ilustrada, Nº 71, Mayo-Julio, 1995: 31).
Artesanos
organizados
Si los artesanos no hubiesen tomado la iniciativa de
organizarse la manifestación folclórica de la artesanía en San Joaquín, estuviese
deducida o mantenida en solamente manifestaciones individuales. Gracias al
impulso de la Artesana Carmen Deyanira Henríquez, promotora de la asociación, se
dan los primeros pasos de organización. Henríquez nos señala en una entrevista
cómo nació la idea de organizarse, recordando lo siguiente: … “surgen una preocupación, porque me
recuerdo yo, claramente, que el
profesor José Rivero, me dijo en una oportunidad: aquí no hay una asociación de
artesanos, Deyanira, deberían reunirse, porque en la unión está la fuerza, algo
así me dijo él. Y como dicen, yo le tomé la palabra, luego me reuní con
Lisandro Palencia, el mismo Martin Nieves, que en paz descanse, y le planteé mi
inquietud, pues, y entonces nos pusimos de acuerdo e hicimos la primera exposición
en casa de Lisandro juntos a otros artesanos que, para ese entonces no éramos
muchos, para decirlo así; y, bueno, de ahí surgió la asociación de artesanos” …
(Entrevista, 2015).
La Asociación de Artesanos fue fundada el 29 de octubre de
1994 y toma el nombre de Chúmbele en homenaje de uno de sus fundadores, el
artesano, Martin Nieves, que como apunte antes, falleció un años después. Su
objetivo principal ha sido divulgar, promover y proyectar el oficio de la
artesanía fuera y dentro de San Joaquín (Carabobo, Cultura y Patrimonio, Nº 2,
p. 16).
Desde 1999, la asociación tiene como sede un espacio frente a la agencia bancaria, Bancaribe, que le permiten comercializar y exponer permanentemente los distintos trabajos de sus asociados. Su experiencia ha sido de alegría y tristeza, logrando crear una hermandad entre sus integrantes, Deyanira Henríquez y Xiomara de González señalan lo siguiente: “Algunos por diversas circunstancias se han alejado, a pesar de ellos, las puertas de la asociación continúan abiertas para todos. Los desaparecidos físicamente (Martin Nieves, Rafael Sáez, Cándida Hernández, Carlos Benítez, Miguel Ángel Sánchez) siempre están presenten en nuestros recuerdos, en nuestra pequeña sede, le reservamos un espacio para sus invalorables piezas que dejaron"... (Ídem.).
Solidaridad e impulso
En los últimos años el quehacer cultural de San Joaquín ha
venido aminorado drásticamente, que compromete la permanencia en el tiempo de
algunas manifestaciones tradicionales. El Estado representado por el Ejecutivo
Municipal y demás entes locales han manifestado poco interés por conservar,
mantener y promover las distintas manifestaciones culturales. Por un lado, nos
encontramos con una dependencia municipal encargada de la cultura (Dirección o
jefatura) totalmente inoperante ante una Alcaldía cada día más centralizada,
que carece o se desconoce los proyectos de apoyo institucional. Quedaron atrás
los tiempos que la dirección municipal de la cultura tenía un presupuesto anual
con la cual mantenían diversas actividades durante los meses del año. Por otro lado, como consecuencia de lo
anterior, ha habido resistencia en descentralizar la política cultural mediante
la creación de un instituto o fundación municipal, que permitiría administrar
los recursos económicos por los mismos cultores.
Tras varias solicitudes fallidas, la Asociación de
Artesanos Chúmbele recibió la declaratoria de Portadores del Patrimonio
Cultural Inmaterial del municipio San Joaquín (2016) mediante la promulgación
de un Acuerdo del Concejo Municipal. Es un merecido reconocimiento a una
institución que tiene más de dos décadas de ininterrumpida actividad, durante el
cual han representado dignamente nuestra entidad local. Pero es, ante todo, una
manera de motivar a sus integrantes o socios de continuar y no desmayar ante
las dificultades que presentan todas las instituciones culturales.
Desde aquí nuestro afecto y felicitaciones a
cada uno de los socios e integrantes de la Asociación de Artesanos Chúmbele,
para que este nombramiento les ayude a renovarse e impulsar nuevos derroteros, esperando
tiempos mejores.
San Joaquín, diciembre 2016.
Evencio
Díaz
Cronista
Municipal
Comentarios
Publicar un comentario