EL PERIODO INDÍGENA EN SAN JOAQUÍN
En la segunda semana de julio de 1992, posiblemente, el día 10, unos trabajadores de la
empresa constructora, Plavi C.A., que realizaban remoción y movimientos de
tierras para la ejecución de un conjunto habitacional, acudieron a los vecinos de la
Urbanización Villas del Centro para notificarle que habían encontrado pedazos
de vasijas de arcilla, huesos y cuentas de collares que, por ser poco común, les
habían llamado la atención su estructura y colorido. Los vecinos inmediatamente
se trasladaron al sitio del hallazgo arqueológico y confirmaron el testimonio
de los obreros.
Villas
del Centro se encuentra localizada al noroeste de municipio San Joaquín, entre
la Autopista
Regional
del Centro
y la Carretera Nacional. Es un área urbanística, de propiedad privada, que había retomado el proceso de construcción
de viviendas consistentes a la III y IV etapa, en una superficie aproximada de 47.420
m2. En el momento del hallazgo, ya se habían construidos las aceras, colocado el asfaltado de las calles, el alumbrado
público y edificadas un número considerable de viviendas.
Los vecinos, la mayoría damas, fueron diligentes y se dirigieron
a las autoridades de la gobernación del estado Carabobo, el 24 de julio de 1992,
y mediante la designación de
una comisión se acercaron al sitio. Más tarde, el hallazgo fue
verificado por profesionales que declararon lo siguiente: … “A flor de tierra los antropólogos de la UCV encontraron diversas
muestras de objetos de barro que les llevaron a señalar que es un basurero
arqueológico, lo que podría evidenciar que el sitio fue un enclave de unos mil
indígenas aproximadamente e indudablemente allí también tenían su cementerio”
(El Carabobeño, Sábado 18 de septiembre de 1993, C-5).
Pero las inquietudes vecinales no solo quedaron en
preocupaciones por conservar las piezas arqueológicas. El mismo año del
hallazgo arqueológico se organizaron mediante la figura jurídica de, Fundación
Pro Rescate Arqueológico de San Joaquín (FUN-P.R.A.S.J), que tenía el único
objeto de “Rescatar, Preservar y Conservar
para las generaciones presentes y futuras el patrimonio Arqueológico del
Municipio San Joaquín, para reafirmar la existencia actual de nuestros pueblos
indígenas, fomentando el respeto y reconocimiento que merecen como expresión de
nuestra cultura venezolana, revalorizando su pasado pre-hispánico” ( La Panela Ilustrada, Año 11, Nº 64, p. 17).
A pesar de las permanentes solicitudes la empresa constructora no detuvo
la obra,
ocasionando destrozo en el yacimiento, pero una
orden del 26 de febrero de 1993 emitida por el doctor Moisés Domínguez, Juez
Primero de Primera Instancia en lo Penal y de Salvaguarda, dictaminó la
paralización de los trabajos de construcción que se llevaban a cabo en el sitio. Esta
decisión fue promovida por el presidente de la Junta Protectora y Conservadora
del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, Seccional Carabobo,
licenciado Luis Cubillán Fonseca, Presidente fundador del Centro de Historia del Estado Carabobo.
Esta situación generó un conflicto de intereses económicos, que finalmente logró vencer ante la demanda de la
comunidad por rescatar la zona del Cementerio Indígena.
Teniendo el respaldo de las
diferentes instituciones culturales y académicas aun de las diferentes
instancias del poder público, la lucha se diluyó a través del tiempo. Solo quedando
los recuerdos,
y una verdad, nuevamente demostrada en el modelo impuesto por la historia oficial,
la de
desvalorar la base indígena en el proceso sociohistórico del país.
A continuación presentamos un breve esquema acerca de
algunas referencias,
para un estudio con más detalles y profundidad de los aborígenes en San Joaquín,
que posteriormente estaremos desglosando para su mejor compresión.
LA PREHISTORIA
El origen del Hombre en América se sigue
discutiendo a pesar de que hay unanimidad del paso de los mayores contingentes
de hombres procedente de otras tierras, las cuales transitaron por el estrecho de Bering, gracias al descenso del nivel del
océano. Este descenso fue producto de la glaciación (fenómenos climáticos)
wiscoconiana (último glaciar norteamericano) que ocurrió entre 50.000 y 60.000
años.
La historia de Venezuela no comenzó a partir de 1492, pues los
prehistoriadores lo remontan entre 14.000 y 15.000 años, aproximadamente. Según, Miklon Szabadics Roka
concluye que “La variedad de utensilio
lítico de Venezuela nos enseña que el Hombre ha tenido que dedicarse a
diferentes actividades para sobrevivir. Tenía que adaptarse a las condiciones
impuestas por la naturaleza, como cambios climáticos, que eran lentos aunque
constante, los altibajos de las estaciones y los cambios de floras y faunas.
Sin embargo, a pesar de las diversidades el Homo pudo seguir avanzando hacia
adelante en su evolución” (Arqueología de la Prehistoria de Venezuela,
publicaciones de la Gobernación del Estado Aragua, 1997:42).
LA REGIÓN HISTÓRICA DE TACARIGUA
El
antropólogo y profesor universitario de la UCV, Guillermo José Colmenares
Rueda, publicó en 2008 su libro denominado, Las
Sociedades Tribales Caribes de Caracas: su cultura ancestral. En su trabajo
presenta el enfoque de uso geohistórico de los pueblos indígenas ancestrales
del valle de Caracas,
en el siglo XVI. Siguiendo ese mismo planteamiento teórico-metodológico podemos
también denominar una región histórica que, abarcaría la Cuenca del Lago de Tacarigua
o Valencia, que
comprende desde La Victoria hasta Borburata. Es decir, la zona de los valles de
Aragua y Valencia y parte del estado Guárico, por el sur. Esta percepción histórica sería dividir el
estudio del historiador Horacio Biord, de los Aborígenes de la Región Centro-Norte de Venezuela (1550-1625), en
dos regiones históricas. Recordemos que esas regiones lo imponen la dinámica de
uso geográfico de los propios aborígenes ancestrales.
La población que estaba asentada en la Cuenca del Lago de Tacarigua se
halla relacionada con la tradición
cultural Barrancoide, cuya comunidad de Barrancas tuvo su asentamiento en
el espacio vital definido por el río Orinoco y sus alrededores. Es probable que entre 260 y 290 años d.C., la
población de Barrancas se desplazó hacia los márgenes del Lago de Tacarigua;
pues algunos estudios sostienen que todavía a principio del siglo XVIII el Lago
se comunicaba a través del caño Cambur y del Pao, tributario del río Portuguesa
con el Orinoco. Esto nos confirma que el poblamiento, y dispersión de los aborígenes, no solo fue por vía terrestre sino, además, por ríos, mares y lagos.
La población indígena ancestral de la
Región Histórica
de Tacarigua era una sociedad agro-alfarera, del tronco lingüístico Caribe.
Esta población estaba conformada por naciones o etnias relacionadas entre sí.
Se conoce la población de principio del siglo XVI: Meregotos, Mucarios,
Araguas, Guamos, Tomuzas, Guaiqueríes, Jirajara, Bobures, Arbacos y
Quiriquires.
Estos aborígenes que habían logrado
asentarse en un territorio determinado, ya que tenían sentido de pertenencia
territorial, vivían en aldeas dispersas y separadas, y tenían al frente a un
principal o cacique como
jefe. Sin embargo, la distribución étnica de los aborígenes fue alterada con el
proceso de encomiendas que, mediante la caza de aborígenes y luego sometidos a la esclavitud, eran sacados
de su lugar y reubicados en otro sitio en donde había disminuido la población. A principio del siglo XVII encontramos en las encomiendas de Guacara, la nación Quiriquires; y la de Los Guayos, la nación Jirajara. A partir de 1620 se les obligó a los
encomenderos a formar con los indígenas los Pueblos de Doctrinas de Indios, quedando el territorio que
actualmente conforma a San Joaquín en medio de los Pueblos de Indios de Guacara (1624) y Turmero (1620),
pero bajo la influencia político-religioso del primero.
EL VOCABLO MARIARA
Según
la información recogida por el antropólogo, Filadelfo Morales M., la cultura
Barrancoide probablemente tiene su origen en las tierras altas del Perú,
Ecuador o Colombia (Sangre en los
conucos: Reconstrucción etnohistórica de los indígenas de Turmero,
1994:19). Esta afirmación la podemos corroborar con la ubicación de tres
pequeñas localidades con el mismo nombre de Mariara (Mariara, Mariara Grande y
Mariara Chico) en el Cantón Mayaya, en la Octava Sección Municipal Teoponte de la
Provincia Larecaja, del Departamento de La Paz, en la República de Bolivia. Esta
referencia toponímica de Mariara puede confirmar o cambiar el significado del término, que
conocemos desde el mismo momento de la llegada de los españoles.
En
el trabajo del profesor Espíritu Angulo Molina determina que el nombre, Mariara, proviene de la voz Tarma-Tamanaco, con varios
significados: Camino o ruta y Fuente de
agua o tibio. (Voces Indígenas de Venezuela. Trabajo de ascenso no
publicado. Universidad de los Andes, Mérida, 1990:123).
MUSEO LOCAL DE HISTORIA
Dentro
de los planes que deberían incluir
los candidatos políticos a dirigir el gobierno municipal está la
de retomar el frustrado proyecto del Museo Arqueológico de San Joaquín. Pues la
colección arqueológica localizada en Villas del Centro se encuentra en guarda y
custodia en diferentes lugares como el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC)
que, según Natalia Díaz Peña, señala que “El
material arqueológico de San Joaquín representa menos del 10 % de la colección
total de la Cuenca del Lago de Valencia, que está depositada en el IPC.” (La
colección arqueológica del lago de Valencia: documentación y nueva museología, 2006:243).
Para que tengamos ideas de lo que se
refiere la Museógrafa Díaz Peña, el porcentaje está en base a la colección de 1.726
fragmentos (no hay piezas completas), es decir, más de cien piezas que se
rescató del sitio de Villas del Centro a través de la Dirección de Conservación
de Bienes Arqueológicos de IPC, en 1999.
¿Cómo recuperar esa colección arqueológica? Implementado la misma política de Estado, en el proceso de repatriación al país
de las colecciones que se encuentran en el exterior. Nuestras autoridades
municipales harían un proceso de restitución hacia la localidad de San Joaquín, de las distintas colecciones
arqueológicas que
se encuentran en instituciones (universidades, museos, institutos de investigación)
de Caracas, Maracay y Valencia.
Evencio Díaz
Cronista Municipal
Interesante éste trabajo sobre los aborígenes en San Joaquín, es más te propongo una vez, te recuperes nos encontremos, para 1.- Revisar la situación de la fundación creada 2.- Impulsar la creación de un movimiento, grupo o como se tenga a bien llamar, para iniciar acciones para recuperar las piezas arqueológicas y 3.- Proyecto de Creación del Museo Histórico y Arqueológico del Municipio San Joaquín
ResponderBorrarMás que una propuesta, señala una camino que debemos transitar los sanjoaquineros preocupados por su Patrimonio Cultural. Me sumo en ese sendero de acciones que, esperamos que muchas personas se unan a esta causa común de recuperar nuestro pasado material. Gracias Oswaldo, que a través de LA VOZ DE SAN JOAQUÍN contribuye con esta iniciativa...
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