LA REFORMA AGRARIA EN SAN JOAQUÍN
A comienzo de la década de los años 60, se inicia
simultáneamente dos hechos sociales que marcarán el devenir histórico de San
Joaquín: el primero fue el establecimiento de la primera industria
manufacturera,
y segundo, la aplicación de la Ley de Reforma Agraria promulgada por el
gobierno nacional. Ambos acontecimientos determinaron la actual configuración
urbana e influyeron en el orden social, económico, demográfico y cultural.
La Ley de la Reforma Agraria impactó la distribución rural y después
urbana de San Joaquín. A pesar de que la reforma fue un fracaso a nivel general,
la política agraria nacional tomó en cuenta la participación y la realidad
municipal. Para los conocedores de la materia, el fracaso fue causado por la
ausencia de acompañamiento oficial mediante la educación rural, y la insuficiencia
de créditos para la adquisición de modernas herramientas, equipos, maquinarias
y semillas. En la implementación de la reforma fue muy significativa la
posibilidad de que los campesinos se formaran un mínimo de capital, y con él se
distribuyó en cierta manera la riqueza petrolera. Asimismo, permitió a los latifundistas, la
clase social dominante, a hacerse más poderosos con la misma riqueza. Un ejemplo
palpable ocurrió con los dueños del Fundo El Banco, quienes mediante el litigio
de las tierras lograron duplicar el pago de su propiedad.
El San Joaquín rural
poco a poco se desvanece. Solo quedan los recuerdos de un pasado que no
volverá, aun cuando subsista la práctica agrícola por la condición favorable de
las tierras en la zona aledaña del lago y en algunos predios por el norte, la
cuales no ha habido incentivos o regulaciones municipal para la actividad agropecuaria.
Conocer un poco de algunos hechos o acontecimientos del San
Joaquín rural,
nos permitirá afianzar algunos criterios en la valoración del presente, y la
posible planificación de un mejor San Joaquín, que no debe ser indiferente de
incluir la economía rural en su proceso social y político.
ASENTAMIENTO CAMPESINO EL CARMEN
El primer espacio afectado con la reforma agraria fue la
hacienda El Carmen, adquirida por el Instituto Agrario Nacional (IAN) el 20 de
marzo de 1961. Esta hacienda data su conformación en el siglo XIX, y forma parte del valle Hato Viejo.
Esta porción de terrenos fue conocida como Agua Blanca y perteneció a la señora
Silveria Egusquiza de Nieto, quien la vendió en 1869 a los hermanos Wallis,
vecinos de Guacara. En 1914 fue
adquirida por Ramón H. Ramos, de quien pasó años después a ser propiedad de
Ramón Pimentel.
Para el momento de la adquisición del IAN, la
hacienda El Carmen pertenecía a la señora Teolinda Pimentel de Posada Callejas,
y consistía en una franja de terrenos de 850 hectáreas que se extendía desde la
orilla del Lago de Valencia hasta límite de la propiedad del Gran Ferrocarril
de Venezuela, en el Ereigüe.
Los primeros campesinos sanjoaquineros
asentados, y a quienes se les adjudicó propiedad, fueron los siguientes parceleros: María Mendoza (4, 68 has.) de fecha 20
de mayo de 1963, Jesús M. Castellanos (4,95 has.) de fecha 21 de mayo de 1964, Joaquín Rodríguez (4,64 has.) de fecha
27 de mayo de 1963, Jacinto Sevilla
(5,44 has.) de fecha 25 de junio de 1963,
Cruz Parra (5,15 has.) de
fecha 7 de octubre de 1963, Juan R.
Escalona (4,15 has.) de fecha 24 de octubre de 1963, Juan
Muñoz (4,95 has.) de fecha 8 de octubre de 1963, Rafael T. Pérez (5,36 has.) de fecha 11 de octubre de 1963, Francisco Chirino (5 has.) de fecha 14
de octubre de 1963, Juan Padilla (5
has.) de fecha 21 de octubre de 1963, Norberto
Montesinos (4,62 has.) de 24 de octubre de 1963, Juan Martínez (4,87 has.) de 29 de octubre de 1963, Benito Medina (4,83 has.) de 30 de
octubre de 1963, Luis Martínez (5,67
has.) de 4 de noviembre de 1963, Francisco
Arias (5 has.) de 5 de noviembre de 1963, Federico León (4,93 has.) de 10 de noviembre de 1963, Niedas Mujica (5,03 has.) de 21 de
noviembre de 1963, Irene Benítez (4,
92 has.) de 22 de noviembre de 1963, Félix
Belmonte (4,71 has. ) de 25 de noviembre de 1963, Manuel Guzmán (5,15 has.) de 26 de noviembre
de 1963, Clemente Tovar (5, 41 has.)
de 27 de noviembre de 1963, Félix Díaz
(5. 04 has.) de 27 de noviembre de 1963, Eleazar
Miranda (4,77 has.) de 12 de diciembre 1963, José A. Linares (4,77 has.) de 13 de enero de 1964,
Cruz Carro (4,14 has.) de 14
de febrero de 1964, Ricardo Peña
(5,02 has.) de 20 de febrero de 1964, Epifanio
Aguilar (5,32 has.) de 20 de febrero
de 1964, Balbuio Franco (4,
56 has.) de 25 de febrero de 1964, Antonio Prieto (5, 28 has.) de 17 de
marzo de 1964 y Francisco Machado
(4,71 has.) de 15 de mayo de 1964 (Oficina Inmobiliaria de Registro de los
Municipios Guacara, San Joaquín y Diego Ibarra del Estado Carabobo, Nº 91,
Protocolo 1º, Tomo Principal, de fecha 20 de marzo de 1961).
Para el propietario de la hacienda El
Carmen, la negociación fue amistosa y favorable, ya que gran parte de la
hacienda venía siendo ocupada por su condición de ociosa, que se acentuó con el
trazado del Autopista Regional del Centro (1957). De ahí nacen los Barrios El Carmen y Palo
Negro. En la medida que se fueron fraccionadas las parcelas o abandonadas su
uso agrícola, también se incrementó la ocupación a la fuerza mediante las
reiteradas invasiones de tierras; en consecuencias las construcciones
improvisadas de ranchos, surgiendo de esa manera las diferentes barriadas populares que hoy se
encuentran asentadas en los terrenos de la antigua hacienda El Carmen.
ASENTAMIENTO CAMPESINO EL BANCO
Tras una prolongada disputa legal, el 18 de marzo de 1970
se formalizó la compra de las tierras del Fundo El Banco, propiedad de Ramón
Pimentel Hardy y Alicia Hardy de Pimentel, residentes de la ciudad de
Caracas. La extensión pagada fue de 822
hectáreas, cuyo precio fue estimado en 4.432.848,72 Bs., y cancelado de la
siguiente manera: diez por ciento en efectivo y el restante en Bonos de la
Clase “A”.
El 23 de noviembre
de 1966, el IAN efectuó demanda por expropiación contra la Compañía Anónima
Agropecuaria El Banco, aludiendo que las tierras no cumplían función social,
por lo tanto, se hallaba afectado por la reforma agraria. Además, con el apoyo
de información del Sindicato Agrícola de San Joaquín, se afirmaba que no
existía tierra de propiedad pública apta y suficiente para dotar a las
numerosas familias campesinas residentes en el municipio, razón que justificaba
la actuación legitima del ente rector en materia agrario.
Las tierras de El
Banco se encontraban en total abandono a raíz de la muerte de Gómez; cuya
situación impulsó, en 1946, la iniciativa de algunos campesinos en tomar dichas
tierras, pero fueron desalojados con la llegada de la dictadura de Pérez
Jiménez. Sin embargo, a partir de 1958 toman nuevamente las tierras y realizan
parcelación.
El Sindicato agrícola realizó un informe, como organización, para la solicitud de las tierras con el
respaldo de un censo de 200 agricultores que realizaban labores de explotación en
El Banco. Para tal efecto, se hizo presión campesina mediante protestas pacíficas que
culminaron con el inicio del proceso de expropiación.
SINDICATO AGRÍCOLA DE SAN JOAQUÍN
El Sindicato Agrícola fue la organización pionera en las
luchas de las reivindicaciones colectivas e individuales de los campesinos
sanjoaquineros que encontraron de una manera respuestas a las demandas de los asuntos
agrícolas, sobre todos, al problema de tenencia de tierra. En esta organización se destacaron grandes
dirigentes locales como José Tomas Gallardo y Braulio Ramos, quienes se ganaron
el respeto de todos,
por su ardua lucha sociopolítica en favor de la mayoría de los habitantes de
San Joaquín.
La institución tuvo
una dinámica actividad durante su vigencia. No solo se encargó de la
distribución de las parcelas para uso agrícola, también de los terrenos de uso
urbano. Este procedimiento lo hacían mediante la entrega de autorizaciones de
los ocupantes donde se incluía los linderos, el nombre del barrio situado la
parcela con su respectiva superficie, haciendo la salvedad de que el terreno era solo para construir
vivienda. El control que tenía la organización campesina sobre la tierra, perteneciente al IAN, se demuestra en una nota contenido en
una autorización,
que afirma lo siguiente: “Se le participa
a todos los adquirientes, por medio la siguiente autorización, que no puede
hacer transacción monetaria con las parcelas que reciben: en caso de suma
necesidad le sea necesario vender algunas bienhechuría, que ya hubiere
realizado en ella, tiene que ser con la aprobación de esta organización campesina.
Caso contrario a esto, tanto el vendedor como el comprador, pierden los
derechos, por no cumplir esta disposición; la cual es obligatoria”…
MERCADO LIBRE MUNICIPAL
Los campesinos
contaban con un establecimiento comercial adecuado, en donde vender sus
cosechas a precios atractivos al consumidor denominado: Mercado Libre, que funcionaba con el apoyo económico del Ministerio
de Agricultura y Cría y de la Junta Comunal de San Joaquín. La ayuda de la
administración municipal fue la creación de un fondo rotativo, que permitió las operaciones de compra.
De esta manera se garantizaba la dotación de suficientes artículos de primera
necesidad, y la ventaja de administrar dicho fondo con moderación, procurando “rendir
muchísimo el dinero del cual se va a hacer uso”.
En entrevista que se le realizara al
señor Daniel Jiménez, uno de los responsables del establecimiento, manifestó
que “semanalmente vende el mercado hasta
1.600 bolívares, sin tomar en cuenta para esto la venta que hacen los
campesinos de sus frutos que son traídos directamente del campo”. Además en
el Mercado Libre se vendía una res diaria produciendo semanalmente 2.500
bolívares.
Como una manera de incentivos a los
campesinos sanjoaquineros, el comisionado de los Mercados Libres del estado
Carabobo, Luis Augusto Ortega Lima, implementó entregar premios en dinero
efectivo a los agricultores que concurrieran y llevaran al mercado los mejores
productos cosechados. Los premios consistían en 15 bolívares el primero y 10 el
segundo. (El Carabobeño, Notas del corresponsal Castillo, Año 1948).
Sin
embargo, por razones administrativos las actividades del Mercado Libre fueron
disminuyendo hasta dejar de funcionar, por tal motivo, las autoridades
municipales deciden el 23 de agosto de 1966 a hacer entrega del local al
Sindicato Agrícola de San Joaquín.
La sede del Mercado Libre estaba ubicada
en la Avenida Bolívar, en el actual espacio de la Casa de la Cultura Los
Pastores (1997) del gobierno del estado Carabobo.
PERSPECTIVA LOCAL
Independientemente
de la coyuntura actual del problema de suministro de alimentos para la dieta
diaria, es una necesidad que el gobierno municipal promueva la construcción de
un Mercado Municipal con la finalidad de concentrar en un solo lugar a los
diferentes vendedores, y así ofrecer diversidad de rubros y garantizar el
abastecimiento local.
El problema de la tierra sigue vigente,
y en los últimos años se ha agudizado ante la política centralista que afecta
la dinámica local. Un ejemplo, lo sufrimos con la configuración de uso de las
tierras urbana, que no se corresponde con la realidad de crecimiento de un
municipio ubicado en el corazón de Venezuela.
Por otro lado, el gobierno municipal debe promover mecanismos legales para evitar las construcciones de viviendas en la franja lacustre e incentivar la agricultura en esos espacios naturales. Y finalmente, y de una vez por toda, hacer entrega de la titularidad de las tierras urbanas a los vecinos residentes en los diferentes sectores populares, que se encuentran en la franja norte-sur de la antigua hacienda El Carmen. Esta es una deuda social que no se ha cumplido por el desinterés e ineficiencia administrativa de los últimos gobiernos municipales.
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